Consejo nº 3: Prefiera aceites vegetales y no las grasas de origen animal
Las grasas y los aceites son importantes en nuestra alimentación, porque proporcionan energía. Sin embargo, las grasas de los animales, como la manteca, la mantequilla, y la grasa del pollo, de la leche entera, del vacuno, del cordero y del chancho, son del tipo saturadas, es decir suben el colesterol y ayudan al desarrollo de arteriosclerosis y enfermedades del corazón.
También son las que más permiten el aumento de peso. Por eso debemos consumirlas lo menos posible. Las grasas de las plantas (grasas vegetales), como las de los aceites, no producen este efecto dañino y por eso hay que preferirlas. Las aceitunas, las paltas, las nueces, las almendras y el maní son alimentos ricos en grasas vegetales y por tanto son protectoras de nuestras arterias y de nuestra salud. Aún así si queremos conservar la figura, necesitamos limitar la cantidad total de grasas de nuestra alimentación.